viernes, 6 de agosto de 2010

La película que se rueda en mis ojos.

Creo reconocer que uno de mis mayores defectos es callarme las cosas.
No sé porque, pero desde pequeña lo he hecho.
Es lamentable, porque lo que mi boca calla, mis ojos dicen. Y muchas veces, me gustaría enseñarles a mucha gente la película que se rueda en mis ojos.
Me gustaría mostrarle a los políticos y a los "peces gordos", la de veces que he visto a un niño pidiendo para comer.
La de veces que he visto a un niño llorando pidiendo a soldados que no se lleven a su padre. Todas las veces que he visto a niños cargar con metralletas, pistolas y otro tipo de armas. 
Mujeres llorando por los palos que les dan sus propios maridos, con los que un día se juntaron por "amor". Llorando por la discriminación que queda aún en pleno siglo XXI. 
Largas colas, que dan vueltas a las manzanas para apuntarse al paro. 
Y padres, que se pasan el día trabajando para darle lo mejor a sus hijos. 
Sí, trabajan tanto para pagarle sus caprichos, que no se dan cuenta de que lo que sus hijos necesitan de verdad, es cariño. Es pasar tiempo con su familia. No necesitan una Play Station. Tampoco necesitan estar apuntados a todas las actividades extra-escolares a las que les obligan ha asistir. Ni necesitan pasar tantas horas delante de un monitor. Lo que necesitan es amor. Cariño. 
También me gustaría mostrarle al mundo, la de familias que luchan por conseguir esa medicina para la enfermedad terminal que sufre uno de ellos. La de de familias que se dejan la piel para que el discapacitado que hay en la familia, se levante ese día con una sonrisa en la boca. Aunque sepan que no caminará, aunque sepan que no moverá sus articulaciones otra vez. Aunque sepan que no vaya a ver con sus propios ojos lo que es el mundo. Pero al menos, saben cómo es la forma de su sonrisa. Y crean, que no es fácil conseguir esa sonrisa día tras día.
Jóvenes luchando por un futuro digno. Luchando por tener unos estudios. Una educación. Y otros... otros metidos en el infierno de la droga. Sabiendo la puerta de entrada, pero sin encontrar la de salida. Envueltos en las ruinas.. influenciando a otra gente a que se una a ellos... Y lo peor, es que cada vez son más.
Y así continuamente, podría aburrirme escribiendo todo lo que se graba en mis ojos y en mi mente.... mientras tanto, los políticos y los "peces gordos" invierten el dinero en bombas, en guerras, o en sus vacaciones. Porque claro, ¿Para qué lo van a invertir en comida para los pobres? ¿O en una cura para las enfermedades terminales? ¿O en mejoras para los países? No, ellos primero, y más tarde ellos también. 
Bien, pues ya que ellos no hacen lo mejor para nosotros, debemos hacerlo nosotros.
Hoy no me callo. Hoy voy a demostrar que con lucha y esperanza, todo se consigue.
No sólo por mejorar la situación actual, si no, para que las próximas generaciones puedan decir:
Mira, gracias a ellos hoy tenemos "esto".

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