lunes, 19 de marzo de 2012

Emociones salvajes...


Dicen que no sabes qué es realmente la velocidad hasta que la pruebas. 
Puede que sea cierto, pero una vez que la has
probado, te enamoras de ella hasta las trancas. Tu
mente se evade y te dejas llevar por dos ruedas y un
motor por las carreteras del cielo... El olor a goma
caliente, la esencia de la gasolina y la melodía que te
susurra el motor cuando aceleras. El viento soplándote
en la cara y la sensación de escapar del mundo, de
pertenecer a otra galaxia. Tú y la moto formáis uno, y
el resto no existe, no importa. No necesitas más.

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